Astorga, corazón de la Maragatería, guarda un secreto que pocos esperan: un palacio neogótico diseñado por Antonio Gaudí. En vísperas del centenario de su muerte, la ciudad leonesa redescubre la huella del genio catalán entre murallas romanas, catedrales y el aroma de la cecina.
Luce el sol y el cielo pinta azul intenso en Astorga en este día de finales de abril. La capital de la Maragatería se despereza sin pizca de frío ni de nieve, elementos ambos habituales por estas tierras leonesas donde suele necesitarse buen abrigo. No en vano, estos fríos del norte curan bien los embutidos locales y la cecina, esa carne en salazón que es símbolo identificativo de la región.
Astorga es una ciudad bella, orgullosa de su rico pasado. Aglutina una serie de monumentos que ya quisieran para sí muchas otras ciudades más grandes y además, puede presumir de tener su nombre tallado en el Arco del Triunfo de París. ¿Y cómo es eso? Astorga jugó un papel importante en la Guerra de la Independencia por su situación estratégica que permitía controlar los accesos a Galicia. Napoleón Bonaparte estuvo en la villa a finales de 1808.

La ciudad sufrió varios asedios y cambió de manos varias veces durante los episodios conocidos como «Los Sitios de Astorga» que tuvieron lugar entre 1810 y 1812, hechos históricos que se conmemoran en jornadas de recreación periódicas. Además de estas recreaciones, en la ciudad también hay una Ruta Napoleónica que recorre los edificios, monumentos y lugares relacionados con los hechos vividos en dicha guerra.
Pero vayamos con la temática que da título a este artículo: el arquitecto catalán Antonio Gaudí cuya huella puede verse en el impresionante Palacio de Gaudí. Y es que hay mucho Gaudí fuera de Cataluña: en León también está, por ejemplo, la Casa Botines.
Gaudí llegó a Astorga en 1888
¿Cómo llegó Antonio Gaudí hasta esta localidad? En 1886, don Juan Bautista Grau y Vallespinós, natural de Reus, toma posesión de la diócesis de Astorga y pasa a residir en el antiguo palacio episcopal, edificio que sufre un incendio a finales de ese mismo año. La plaza de arquitecto diocesano para la construcción del nuevo palacio estaba libre y el obispo se lo propone a su paisano Antonio Gaudí, quien se hace cargo de las obras desde 1889 hasta 1893.

Gaudí llega a Astorga en diciembre de 1888 para conocer el solar que acogerá la construcción. Unos meses después, se dará el visto bueno al proyecto y las obras saldrán a subasta. La primera piedra se colocará en el verano de 1889: se preveía que las obras finalizasen en junio de 1894 pero el obispo Grau fallecerá antes y este hecho cambiará el curso de los trabajos, que acabarán paralizándose por el mal entendimiento entre Gaudí y la Junta Diocesana.

Finalmente, Gaudí renunciará al cargo de arquitecto director. Unos años después un nuevo obispo, Julián de Diego y Alcolea intentará convencer al arquitecto para que vuelva a las obras, pero no lo conseguirá: Gaudí está inmerso en la construcción de la Sagrada Familia, que requiere toda su atención. También hay quien afirma que le dolía terminar el palacio habiendo fallecido el obispo Grau, con quien mantenía una gran amistad… Terminará las obras del palacio el arquitecto Ricardo García-Guereta.
El Palacio de Gaudí es un edificio de estilo neogótico construido con granito de la cercana comarca de El Bierzo. Con rasgos de castillo (de ahí que muchas publicaciones lo hayan comparado con los castillos de Disney), templo y palacete señorial rodeado por un foso, consta de cuatro fachadas flanqueadas por cuatro torreones.
2026, centenario del nacimiento de Gaudí
En 2026 se celebrará el centenario del nacimiento de Gaudí y el Ayuntamiento de Astorga ha previsto una serie de actos y actividades relacionadas con su obra. Está previsto un completo programa cultural con conferencias, exposiciones y presentaciones. Además, se realizarán obras en el Palacio de Gaudí que permitirán a los visitantes conocer zonas que hasta ahora no se podían visitar como, por ejemplo, el foso. También, se mejorarán los jardines que rodean el edificio con un proyecto que refleja aún más, si cabe, los trazados recogidos en los diseños originales del arquitecto.

Pero no solo hay Gaudí, Astorga atesora un exquisito patrimonio: la catedral de Santa María, que comenzó a construirse en 1471 y que aglutina varios estilos de arte religioso; la plaza Mayor, el edificio del Ayuntamiento, obra del arquitecto Francisco de la Lastra y con una fachada original típica del barroco civil leonés; la ruta romana, las murallas, la iglesia de San Bartolomé…

Y si seguimos hablando de arquitectos famosos, la localidad también cuenta con un edificio modernista que levantó Antonio Palacios, la casa Granell. En definitiva, el amante de la cultura y el patrimonio tiene aquí mucha tela que cortar…

Y tras los paseos, nada mejor que reconfortar el alma con la rica gastronomía de la zona: cocido maragato, cecina, sopas de trucha, chocolate (la ciudad tuvo en su día 51 fábricas, hoy quedan seis…). Y es que no solo de patrimonio y arquitectura vive el hombre…