El cielo de Madrid cuenta con una nueva propuesta culinaria liderada por el prestigioso Grupo Papúa. Diseño, vanguardia, tapeo castizo, productos de alta calidad, coctelería de autor y vistas privilegiadas sobre el skyline de la mítica Gran Vía madrileña. Distribuido entre la quinta y la sexta planta de WOW Concept Gran Vía, este nuevo templo gastronómico lleva el sello del talentoso chef Jairo Jiménez a los fogones y del afamado coctelero Diego Regajo. Si quieres estar a la última, este es el place to be más chic de la capital madrileña.
La emblemática loba capitalina que amamantó a Rómulo y Remo custodia con esmero uno de los rincones más mágicos de la Gran Vía madrileña. La famosa estatua se convirtió en uno de los símbolos más representativos de Madrid cuando en 1915 se inauguró el Hotel Roma en este mismo edificio. Diseñado por los arquitectos Eduardo Reynals y Felipe de Sala, fue una de las primeras construcciones de esta arteria urbana.
Este es el contexto histórico en el que el Grupo Papúa ha dado vida a este espacio gastronómico con dos amplias terrazas con vistas incomparables a la calle Clavel y la Gran Vía, respectivamente. Historia y diseño se fusionan de forma magistral para devolverle al edificio su antiguo esplendor y honrar su alma. En un momento en que la gastronomía madrileña busca nuevas formas de reinventarse, Gran Vía 18 ofrece una propuesta culinaria que ya se ha convertido en «uno de los espacios imprescindibles» de la alta gastronomía madrileña.
Una propuesta culinaria de altura
El restaurante rinde homenaje al tapeo típico madrileño y a las brasas, mientras que la oferta de su impresionante azotea, con vistas a Gran Vía y a la calle Clavel, se centra en una carta corta y coctelería de autor. La carta es un viaje por los sabores más auténticos de Madrid, donde cada plato cuenta una historia y cada bocado es un homenaje a la tradición culinaria de la capital.
El chef Jairo Jiménez da rienda suelta a su creatividad ensalzando el valor del producto en todas sus elaboraciones. La carta de Gran Vía 18 es un tributo a la comida castiza con sabores viajeros: desde su ensaladilla rusa de verduras a la brasa con pulpo, croquetas de jamón ibérico semilíquidas con velo de panceta Joselito, morcilla especial de Burgos o chistorra de Arbizu con yema de huevo de corral y piparras semidulces a sus puerros de Tudela al estilo calçots.
Los amantes de la carne tienen en este lugar una cita imprescindible: todas las piezas se cocinan en brasas de encina. La apuesta es muy variada: cortes de entraña, t-bone que dejan con el lomo trinchado, chuleta de vaca vieja raza Simmental (madurada 80 días), un exclusivo corte de lomo bajo de rubia gallega de 10 años de edad criado en Fisterra o steak tartar de vaca vieja madurada. Y para los que prefieren pescado, su rodaballo a la brasa con salsa meunièr a la noisette o su chipirón de anzuelo son dos excelentes opciones.
Mi reino por un delicioso postre
Y para quienes, como yo, venderían su reino por un buen postre, la carta de fin de fiesta de Gran Vía 18 es otro de sus sellos de identidad. Noel Duque y Jorge Rivero Prados, fundadores de espacio, siempre tuvieron la firme intención de otorgarle un puesto de honor a la parte dulce.
El encargado de materializar esta idea ha sido Carlos López, jefe de pastelería del restaurante y uno de los nombres con más proyección del país (restaurantes Coque o el Corral de la Morería, entre otros). Su coulant de chocolate 72% de cacao, con helado caramel crunch y nueces pecanas a la cantonesa, es uno de los imprescindibles del restaurante. Otras opciones interesantes son el risotto de arroz con leche con crujiente de perrunillas, su tarta de queso Payoyo o el lemon pie de crema de limón cítrica con merengue italiano quemado, polvo de galleta, gel de lima y helado casero de cáscara de limón.
Un homenaje al retro futurismo
Gran Vía 18 cuenta con dos espacios muy diferenciados. Su restaurante interior, emplazado en la planta quinta, es una fantasía retro futurista que nos traslada a la estética d ellos años 70. El quinto piso evoca un salón-comedor lleno de sofás curvos, sillas de diseño, librerías abarrotadas de libros, un antiguo estudio de grabación lleno de vinilos y aparatos de sonido de décadas pasadas.
Por su parte, la sexta y última planta es un pasaporte al cielo de Madrid: un rooftop con doble terraza ideal para disfrutar de la capital europea de moda desde una perspectiva privilegiada. En total, ambos espacios suman 1.000 m² cuadrados y han sido diseñados por el estudio de arquitectura External Reference simulando la residencia del propietario del antiguo hotel. El restaurante tiene una capacidad para 220 comensales. ¡Asegúrate de tener espacio en tu galería, porque no vas a poder parar de fotografiar cada rincón!
El rooftop más “instagrameable” de Gran Vía
Disfrutar de las rojizas puestas de sol sobre los tejados de Madrid en un ambiente desenfadado y bohemio es una de las infinitas posibilidades que ofrece el rooftop emplazado en la última planta del edificio. Abierto desde el mediodía hasta bien entrada la madrugada, bajo la atenta mirada de la loba capitalina destaca una carta informal de tapas y finger food también firmada por el chef Jairo Jiménez.
Mientras disfrutas de una panorámica única del skyline madrileño podrás degustar platos como sus clásicos brioches de steak tartar y de anchoa 0’0, el bikini a la brasa, el saam con palomitas de langostinos en tempura o el taco de morro de cerdo ibérico crujiente, sin olvidarnos de unas patatas y batatas con salsa brava o el buñuelo de queso Idiazábal.
Irresistibles bocados que se complementan con una seductora coctelería de autor, obra de Daniel Regajo, que tras su paso por StreetXo o The Gibson, en Londres, sorprende con sus impecables cócteles como el WOW Spritz a base de St. Germain, limón, hierbabuena, Grey Goose y champagne; o el Sky Garden con Leblon, Martini Ambrato, kiwi, manzana, jalapeño y cilantro.
El antiguo Hotel Roma: legado de una época dorada
Otro de los ingredientes esenciales de Gran Vía 18 es su vínculo histórico con el Madrid de los felices años veinte. Una década dorada en la que Madrid experimentó un florecimiento cultural y social sin precedentes. Sumergirse en este espacio gastronómico es empaparse de la esencia de uno de los entornos más relevantes de la capital.
Estáis pisando el mismo lugar donde se daba cita la alta sociedad madrileña, se realizaban tertulias literarias y se abrazaba la modernidad con entusiasmo. Todo ello, reflejo de un Madrid efervescente que miraba con ilusión hacia el futuro y presumía de una Gran Vía que se consolidó como el escaparate de la modernidad. Un bulevar donde se paseaba la elegancia y donde los comercios más exclusivos competían por atraer a una clientela cada vez más sofisticada.
Más allá de la simple restauración, Gran Vía 18 es un concepto integral que combina alta gastronomía madrileña, ambiente sofisticado y diseño vanguardista. El Grupo Papúa ha devuelto al edificio su esencia original: ser un lugar de encuentro, de celebración, de experiencias memorables. Un círculo perfecto donde el hedonismo de los felices años 20 vuelve a cobrar vida contemplando desde su “instagrameable” rooftop una capital que jamás deja de transformarse.
* Gran Vía 18
Gran Vía, 18, WOW Concept, 5ª y 6ª Planta
Precio medio: 50-60€
Menú del día: 18,50€
Más información y reservas: Gran Vía 18