El lujoso hotel Rosewood Villa Magna ofrece hasta el 15 de octubre un afternoon tea con las creaciones dulces del reconocido chef francés Nicolas Rouzaud.
Todos sabemos que la repostería francesa es maravillosa: fina, delicada, sabrosa, llena de matices, generosa, elegante… Puedes poner los atributos que más te gusten que sabemos nos quedamos cortos frente al que es todo un arte culinario. Por eso es un gusto descubrir que a partir de ahora y hasta el próximo 15 de octubre, Madrid contará con un espacio refinado donde degustar estas delicias. Flor y Nata, la refinada pastelería de Rosewood Villa Magna, se transforma en un escenario de haute pâtisserie con la llegada del célebre chef Nicolas Rouzaud, referente indiscutible de la repostería contemporánea.
Del 15 de septiembre al 15 de octubre, los madrileños y visitantes de la ciudad podrán descubrir una carta exclusiva, efímera e irrepetible, que funde la precisión francesa con la riqueza de los sabores de temporada, la sensibilidad artística y el savoir-faire de las grandes maisons.
Dice Rouzaud que «la pastelería es una forma de arte, una que debe ser a la vez lujosa y profundamente arraigada en la artesanía». Y siguiendo esa máxima, el chef propone algunas de sus creaciones más icónicas, con especial protagonismo de sus célebres tartelettes: piezas delicadas, compuestas por fruta en su mejor momento, envueltas en una masa mantecosa y ligera que respira tradición, frescura y un toque de nostalgia.
Entre las opciones destacadas se encuentran las tartaletas de frambuesa (exquisita), haba tonka (hará enloquecer a los fans del chocolate, una maravilla), manzana, e higo con piñones, todas ellas con una presentación elegante y minimalista.
A estas se suman delicias como el cheesecake de limón, el Paris-Brest de pistacho, la emblemática creación de vainilla y nuez, el entremet de pera y vainilla, y un flan parisino que rinde tributo a la pastelería clásica con una textura y sabor excepcionales. Aparte podrán encontrarse otro tipo de pasteles como la madeleine de limón, el financier de avellana (imposible parar de comerlos) y su ya mítica cookie, elaboradas con ingredientes de primera calidad, perfectas para cualquier momento del día.
Todo ello se puede degustar en la pastelería pero el hotel propone también un Afternoon Tea en los jardines que incluye una merienda a elegir entre té o café, una selección salada compuesta por croissant de mayonesa de huevo y aguacate, brioche de salmón y croque-monsieur, un pre-postre de granizado de manzana verde, lima y albahaca con frambuesa.
En las opciones dulces, tartaleta de higo, entremet de pera y vainilla y entremet de chocolate y haba tonka así como un milhojas de vainilla con salsa de avellana y caramelo. Sí, es mejor ir sin haber comido o desde luego, no cenar por la noche. El precio es de 50 euros o 65 euros con copa de champagne Louis Roederer. ¿Acaso no es una excelente opción para que invites a tu madre o suegra (o a ambas), a merendar?